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Los ácidos grasos omega 3, como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA) han ganado popularidad entre quienes les interesa llevar un estilo de vida más saludable.
Este incremento en la demanda de ácidos grasos omega 3 de alta calidad ha dado lugar a una mayor disponibilidad de fuentes de omega 3, como el aceite de krill, el aceite de hígado de bacalao, e incluso de fuentes veganas como el aceite de linaza y las semillas de chía.
Quizás considere que ya escuchó nombrar todas las opciones diferentes que existen para obtener omega 3, pero ¿alguna vez escuchó sobre el aceite de calanus?
El aceite de calanus es un aceite natural que se obtiene a partir de un tipo especial de zooplancton, llamado Calanus finmarchicus y perteneciente a la variedad de los copépodos. Los copépodos son diminutos crustáceos marinos que se encuentran en grandes cantidades en la zona norte del Océano Atlántico. El rojo particular del aceite de calanus proviene de la astaxantina, un pigmento carotenoide de color rojo anaranjado que es soluble en grasa y suele encontrarse en la vida marina.
Este aceite rojizo es rico en ácidos grasos omega 3, aunque de una forma particular. Los ácidos grasos omega 3 que contiene el aceite de calanus provienen de los ésteres cerosos, en lugar de los triglicéridos y los fosfolípidos, que son las formas más convencionales de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga. Esta característica hace que el aceite de calanus tenga una composición química particular en comparación con los tradicionales aceites poliinsaturados ricos en grasa, como el aceite de pescado o de krill.
Además, la composición única de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga provenientes de los ésteres cerosos que contiene el aceite de calanus también puede tener algo que ver con algunos de los potenciales beneficios de salud específicos de este aceite. Entre estos beneficios pueden incluirse un mejor funcionamiento del hígado, del corazón y del cerebro, además de la reducción de la inflamación y la obesidad.
El hígado es el órgano del cuerpo responsable de distintas funciones, incluidas:
Tener un hígado saludable en buen estado de funcionamiento es esencial para la salud general.
Los estudios sugieren que el aceite de calanus puede mejorar el funcionamiento del hígado, sobre todo en personas con diabetes o prediabetes. Por ejemplo, en un estudio, los participantes con un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 (lo que indica obesidad y es un marcador de prediabetes) ingirieron aceite de calanus durante 16 semanas como máximo. Quienes recibieron aceite de calanus experimentaron una mejoría en la regulación de glucosa por parte del hígado y una menor resistencia a la insulina.
Los resultados indican que el aceite de calanus podría mejorar la respuesta corporal a la insulina, mientras que mejora la estabilidad de los niveles de glucosa en sangre. Este descubrimiento se atribuyó al hecho de que los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga convencionales presentes en el aceite de pescado suelen digerirse con mayor velocidad que los omega 3 de ésteres cerosos presentes en el aceite de calanus.
Las investigaciones sugieren que el aceite de calanus podría ayudar a mejorar la salud del hígado debido a su gran contenido de astaxantina. Por ejemplo, en un estudio con animales se mostró que la astaxantina podría reducir de forma significativa el tejido fibroso al reducir el daño provocado por los radicales libres.
Ese mismo estudio mostró que la astaxantina podría ayudar a reducir la inflamación y el avance de la esteatohepatitis no alcohólica.
El sistema cardiovascular es un complejo sistema de vasos sanguíneos conectados al corazón que ayuda a entregar nutrientes y oxígeno a todo el cuerpo. Un sistema cardiovascular enfermo, notorio mediante síntomas como el aumento de la presión sanguínea y el colesterol, puede generar problemas de salud con efectos de por vida como infartos o accidentes cerebrovasculares. En resumen, tener un sistema cardiovascular saludable es crítico para llevar adelante una vida plena y sana.
Las investigaciones sugieren que el aceite de calanus puede aportar beneficios al sistema cardiovascular. Por ejemplo, los niveles elevados de angiotensina II durante períodos prolongados pueden agrandar el corazón y generar el desarrollo de tejidos fibrosos, lo que hace que le sea más difícil bombear e incrementa la presión sanguínea.
Un estudio en animales mostró que los suplementos con aceite de calanus ayudaron a evitar el agrandamiento del corazón, mientras que también aliviaron la formación de tejido fibroso debido al incremento en los niveles de angiotensina II. En ese mismo estudio también se descubrió que los ratones que tomaron aceite de calanus tuvieron una menor incidencia de presión sanguínea elevada debido a la reducción de la inflamación en las paredes de los vasos sanguíneos.
Otro estudio en animales mostró que el aceite de calanus podría haber ayudado a reducir los niveles de colesterol y a evitar la aparición de depósitos de placas compuestas por grasas duras en las paredes arteriales (o arteriosclerosis).
La inflamación ocurre como respuesta inmune del cuerpo frente a un invasor externo. Aunque esta respuesta es necesaria para liberar el cuerpo de intrusos, la inflamación (en particular a largo plazo) se ha vinculado con el desarrollo de varias enfermedades, entre ellas la diabetes, las cardíacas, las autoinmunes e incluso determinados tipos de cáncer. También se vincula a la inflamación con la aceleración del envejecimiento y la reducción de la longevidad.
En relación con las propiedades antiinflamatiorias y antiedad del aceite de calanus, los estudios son prometedores. Esto se debe a la gran cantidad de ácidos grasos omega 3 de fácil absorción, como los EPA y DHA, que se encuentran en el aceite de calanus.
Por ejemplo, en un estudio con mujeres de edad avanzada se demostró que quienes tomaron aceite de calanus como suplemento mientras realizaban rutinas de ejercicio tenían niveles más bajos de inflamación y menos marcadores sanguíneos de daños causados por radicales libres. El incremento del daño generado por radicales libres conlleva un aumento en las señales de envejecimiento.
En otro estudio que también involucró mujeres de edad avanzada que participaron en un programa de ejercicios se mostró que tomar suplementos con aceite de calanus ayudó a mejorar la fuerza funcional de la parte inferior del cuerpo en comparación con solo realizar ejercicios.
Otra razón por la cual el aceite de calanus podría tener un efecto antiinflamatorio tan poderoso podría deberse a que contiene cantidades elevadas de astaxantina. Los estudios muestran que la astaxantina podría ayudar a inhibir la activación natural del cuerpo de las proteínas inflamatorias, por lo que se reduce la inflamación general.
Como se indicó antes, la obesidad se establece en un IMC de 30 o más. Con frecuencia se vincula al exceso de peso con determinadas enfermedades y trastornos, incluidas las afecciones cardíacas y pulmonares, la diabetes, la artritis e incluso ciertos tipos de cáncer. La obesidad, en particular la abdominal, también está vinculada con mayores niveles de inflamación corporal o sistémica.
Los estudios sugieren que el aceite de calanus también puede tener determinados beneficios contra la obesidad, además de sus propiedades antiinflamatorias. Por ejemplo, en un estudio con animales se mostró que los ratones que consumían una dieta alta en grasas tenían una alteración en el microbioma intestinal (las bacterias presentes en los intestinos); un estado insalubre que promueve la inflamación y genera un aumento en los casos de obesidad. Sin embargo, los complementos con aceite de calanus ayudaron a evitar el crecimiento excesivo de las bacterias que promueven la obesidad, mientras que aceleran el desarrollo de cepas microbióticas más saludables para el intestino, como los lactobacilos, incluso cuando los ratones continuaron con su dieta alta en grasas.
Además, las investigaciones sugieren que los suplementos con aceite de calanus podrían ayudar a reducir la inflamación vinculada con la obesidad. Por ejemplo, un estudio con animales que involucró ratones obesos demostró que los suplementos con aceite de calanus no solo redujeron la producción de citocinas inflamatorias (o mensajeros celulares), sino que también ayudaron a reducir el tamaño de los adipocitos (o celulas grásas)
Durante la infancia, el cerebro humano necesita cantidades elevadas de DHA, un ácido graso omega 3, para desarrollarse y funcionar apropiadamente. La absorción acelerada de grandes cantidades de DHA por parte del cerebro ocurre durante el período neonatal hasta los dos años de vida.
Sin embargo, esto no significa que los adultos no necesitan DHA. En realidad, los niveles de DHA en el cerebro se mantienen elevados durante toda la vida, y un descenso de estos está asociado con trastornos anímicos y degradación cognitiva.
Un estudio descubrió que los niveles sanguíneos de DHA más elevados estuvieron asociados con un mejor razonamiento no verbal, vocabulario, memoria funcional y flexibilidad mental en adultos de entre 35 y 54 años sin trastornos neuropsiquiátricos.
Los estudios también sugieren que el aceite de calanus es rico en DHA y contiene una forma más biodisponible de DHA como éster ceroso. Esto significa que el cuerpo podría absorber y utilizar con mayor facilidad los ácidos grasos omega 3 que se encuentran en el aceite de calanus en comparación con los aceites de pescado tradicionales.
Además, el aceite de calanus contiene EPA, fitoesteroles, astaxantina y ácido esteriadónico, otro ácido graso de cadena larga con potenciales beneficios de salud que se encuentra en investigación.
El aceite de calanus es una fuente sostenible de ácidos grasos omega 3 de gran biodisponibilidad y potencia, repletos de poderosos antioxidantes y propiedades antiinflamatorias. A pesar de que proviene de una diminuta criatura marina, el aceite de calanus está teniendo un gran impacto en el mundo de los suplementos con ácidos grasos omega 3. El particular color rojo y la composición única de ácidos grasos omega 3 hacen que el aceite de calanus sea un suplemento difícil de ignorar.
El aceite de calanus podría ser el aceite de pescado del futuro gracias a sus potenciales beneficios de salud que van desde una mejor salud cardiovascular y un mejor funcionamiento del hígado hasta una gran reducción de la inflamación y la pérdida de peso.
Referencias:
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